Estoy de acuerdo en que la cara no es siempre el espejo del alma, es su máscara. Sin embargo, en mi opinión, el rostro no es solo la cara esculpida a lo largo de la vida, o un tránsito o deriva carnal ajena a la edad.
¿Quizá en la mirada llena de ternura y en el movimiento casi imperceptible de los labios y de los ojos? Sin duda, el rostro y no la cara es el espejo del alma.